Los quistes hepáticos son sacos anormales en el hígado.
Se desconocen las causas de los quistes hepáticos. Pueden estar presentes al nacer o desarrollarse posteriormente. Suelen crecer lentamente y no se detectan hasta la edad adulta. Algunos pacientes pueden presentar quistes en otros órganos (riñón o páncreas). Si se presenta enfermedad hepática poliquística, podría ser necesario un seguimiento cuidadoso.
Algunos quistes son causados por un parásito, el equinococo, que se encuentra en ovejas en diferentes partes del mundo.
La mayoría de los quistes hepáticos no causan síntomas. Sin embargo, si crecen, pueden causar hinchazón, náuseas y dolor en la parte superior derecha del abdomen. A veces, los quistes hepáticos alcanzan un tamaño tal que se pueden palpar a través del abdomen.
Dado que la mayoría de los quistes hepáticos no causan ningún síntoma, generalmente se detectan solo en ecografías o tomografías computarizadas (TC). Si se presentan síntomas, un médico puede realizar una tomografía computarizada abdominal para observar el hígado.
Un análisis de sangre descartará un parásito como la causa del quiste hepático.
La mayoría de los quistes hepáticos no requieren intervención. En ausencia de síntomas, los quistes simples no requieren estudios de imagen de seguimiento. Si presentan síntomas, se deben considerar otras causas, como cálculos biliares, reflujo gastroesofágico, dismotilidad gástrica o úlceras pépticas. Si los quistes son grandes y causan síntomas, se pueden drenar e inyectar un agente esclerosante para reducir la probabilidad de recurrencia, destecharlos quirúrgicamente para permitir la reabsorción del líquido y drenarlos internamente. La elección dependerá de la experiencia local y la preferencia del paciente. Si el quiste tiene potencial maligno (neoplasia quística mucinosa asociada a carcinoma), puede requerir resección quirúrgica.
Dado que la mayoría de los quistes hepáticos son congénitos, es decir, están presentes desde el nacimiento, no hay forma de prevenir su desarrollo.
Los quistes benignos (no cancerosos) no causan problemas. Es posible que el médico quiera monitorearlos periódicamente mediante tomografías computarizadas o ecografías para detectar cualquier crecimiento o cambio.
Si los quistes hepáticos se han extirpado quirúrgicamente o médicamente, rara vez vuelven a aparecer, por lo que no se necesitaría atención adicional.
No se requiere atención especial, salvo pruebas de imagen periódicas. Para una buena salud hepática, se recomienda llevar una dieta sana y nutritiva, hacer ejercicio y tener cuidado con los medicamentos y suplementos que puedan dañar el hígado. También se recomienda vacunarse contra la hepatitis A y B.
Los ensayos clínicos son estudios de investigación que prueban qué tan bien funcionan los nuevos enfoques médicos en las personas. Antes de que un tratamiento experimental pueda probarse en sujetos humanos en un ensayo clínico, debe haber mostrado beneficio en pruebas de laboratorio o estudios de investigación con animales. Luego, los tratamientos más prometedores se trasladan a ensayos clínicos, con el objetivo de identificar nuevas formas de prevenir, detectar, diagnosticar o tratar una enfermedad de manera segura y eficaz.
Hable con su médico sobre el progreso y los resultados de estos ensayos para obtener la información más actualizada sobre nuevos tratamientos. Participar en un ensayo clínico es una excelente manera de contribuir a la cura, la prevención y el tratamiento de la enfermedad hepática y sus complicaciones.
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Revisado médicamente en abril de 2025
Última actualización el 11 de junio de 2025 a las 02:14 p. m.