Atresia biliar

En enero de 2018, a los dos meses de edad, a nuestro hijo Will le diagnosticaron Atresia biliar; una afección en la que los conductos biliares no funcionan correctamente y la bilis regresa al hígado, lo que provoca insuficiencia hepática. Dos semanas después, se sometió a un procedimiento de siete horas en un intento de recrear los conductos biliares utilizando una parte del intestino. Desafortunadamente, el hígado estaba demasiado cirrótico y un trasplante era su única opción para una vida sana.

De febrero a mayo de 2018, el bebé Will pasó la mayor parte de su vida en el hospital luchando contra una intensa acumulación de líquido en su abdomen, falta de crecimiento y una variedad de otros problemas de salud. En mayo de 2018, tomamos la decisión de trasladar temporalmente a nuestra familia de cuatro de nuestro pequeño y dulce pueblo de Hernando a Washington, DC para que Will pudiera ser incluido para el trasplante.

Después de solo dos semanas en la lista de trasplantes, recibimos la llamada de que había disponible un hígado de un difunto. ADN donante. Este regalo de la vida fue precioso y finalmente salvó a nuestro hijo. Sin embargo, tuvimos problemas cuando la gente nos felicitaba por este gran evento para nuestro hijo cuando sabíamos que otra familia tenía que experimentar la pérdida de un hijo para que Will tuviera una buena oportunidad en la vida.

Will experimentó algunas complicaciones con la coagulación inmediatamente después del trasplante, por lo que tuvo que ser abierto quirúrgicamente tres veces en 24 horas, pero finalmente el trasplante ha sido un éxito. Will pasó poco menos de tres meses en la UCIP y gran parte de ese tiempo lo pasó con un ventilador debido a su diafragma debilitado. Trabajamos duro juntos como familia y en conjunto con médicos y especialistas en rehabilitación para llevar a Will a todos los hitos de su bebé mientras vivíamos en la UCIP y pasamos el mayor tiempo posible juntos como familia por nuestro bien y por nuestro quinto año. hija mayor.

Nos autorizaron a llevar a Will a casa a Hernando en septiembre de 2018. ¡Hoy es un niño feliz, sano, curioso y revoltoso!

Estamos eternamente agradecidos por la donante y su familia que tomaron la decisión de salvar una vida y pensamos en esa familia todos los días. Como familia queremos ayudar a promover la donación de órganos porque tanto donante vivo y fallecido las avenidas pueden salvar vidas.

Última actualización el 5 de agosto de 2022 a las 01:56

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