⅓ taza de frijoles negros frescos o enlatados (bajos en sodio)
2 cucharaditas de jugo de limón
2 tortillas de trigo integral
⅔ taza de mozzarella baja en grasa (3 onzas)
1 cucharada de jalapeños encurtidos picados (opcional)
Instrucciones
Calienta una sartén antiadherente y agrega el maíz. Continúa revolviendo de vez en cuando hasta que los granos comiencen a dorarse; transfiere el maíz a un recipiente aparte.
Calienta 1 cucharadita de aceite de oliva en la sartén a fuego medio hasta que brille; agrega la cebolla roja y cocina, revolviendo ocasionalmente, hasta que se ablande. Agrega el ajo y el chile en polvo y cocina hasta que desprendan un aroma fragante (aproximadamente 1 minuto); agrega los frijoles y cocina hasta que estén bien calientes. Regresa el maíz a la sartén y mezcla; presiona suavemente la mezcla con una espátula para aplastar ligeramente los frijoles negros. Vuelve a colocar la mezcla en el tazón, agrega el jugo de limón y sazona a gusto con condimento sin sal.
Después de limpiar la sartén, coloque una tortilla y tuéstela hasta que esté blanda y ligeramente inflada en los bordes. Dé vuelta la tortilla y tuéstela hasta que esté inflada y ligeramente dorada. Repita el procedimiento para tostar la segunda tortilla.
Espolvoree 1/3 de taza de queso, la mitad de la mezcla de maíz y frijoles y jalapeños al gusto sobre la mitad de la tortilla, dejando un borde de 1/2 pulgada alrededor. Doble la tortilla por la mitad y presione para aplanarla. Pincele la superficie ligeramente con aceite de oliva y reserve. Repita para formar la segunda quesadilla.
Coloca ambas quesadillas en una sartén, con el lado aceitado hacia abajo; cocina a fuego medio hasta que estén crocantes y bien doradas. Da vuelta las quesadillas y cocina hasta que el otro lado esté crocante y dorado, 1 a 2 minutos más. ¡Córtalas por la mitad y sírvelas!