La experiencia de Courtney como mamá primeriza no fue lo que esperaba. Pero gracias a un sólido sistema de apoyo, Courtney ahora es una firme defensora de su hija, Sadie, y de los 100 millones de estadounidenses afectados por enfermedades hepáticas.
Conozca a Mya Longacre, una paciente voluntaria de ALF que ha estado navegando su viaje con la enfermedad hepática desde su nacimiento.